Artesanía Dominicana


Historia

El pueblo dominicano ha creado su propia interpretación de los procesos culturales y ha creado manifestaciones artesanales nuevas a partir de sus herencias aborigen, europea y africana. Las primeras piezas de artesanía elaboradas en el país eran de uso doméstico, específicamente en hogares rurales, y confeccionadas de manera tradicional por grupos de mujeres.

Entre los siglos XVI y XVII los artesanos labran imágenes religiosas a las que se rendía culto en los hogares. Estas imágenes abundan en las zonas rurales, siendo conocidos sus artesanos como santeros. Igualmente la talabartería, fruto del desarrollo de la ganadería, fomenta la confección de piezas de cuero. En este periodo se fabrican yugos, arados, sogas y otros instrumentos relacionados con el cultivo, sobre todo en la industria azucarera.

La Revolución Industrial permitió la fabricación de vajillas de loza, calderos y recipientes metálicos esmaltados a precios bajos. La proliferación de acueductos y el empleo de refrigeradores relegaron las tinajas y otros objetos artesanales a las zonas rurales.

En las primeras décadas del siglo XX una de las principales industrias artesanales en Santiago de los Caballeros es la fabricación de bateas (para lavar la ropa y bañarse), lebrillos (utilizados por las amas de casa para lavar alimentos y por las marchantas para vender frutas y verduras) y pilones de madera (para pilar arroz o café). También los artesanos empiezan a fabricar unas bateas especiales para el lavado del oro, una actividad que entonces se practicaba en numerosos ríos del país.







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